Historia sobre la sociedad

Aquí compartimos experiencias sobre la terapia dialéctica conductual con exposición prolongada para el tratamiento del trauma.

5/8/20243 min read

yellow sunflower field during daytime
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Historia de como nacio DBT-PE

La Sociedad Latinoamericana de DBT-PE nace dedicada a nuestros consultantes. Nace como un gesto de cuidado hacia ellos, para facilitar una comprensión más profunda y compasiva de su sufrimiento, e integrar el diagnóstico y el tratamiento focalizado del TEPT dentro de la forma en que entendemos la desregulación emocional. Surge del sueño de que, algún día, disminuyan las historias de intentos de recuperación frustrados, los diagnósticos múltiples que confunden más que orientan, y esas frases que ninguno de nuestros pacientes debería volver a escuchar: “no eres para DBT”. Queremos que las personas y las familias que han vivido tantos años de dolor encuentren, al fin, un camino claro y eficaz hacia la recuperación.

Después de casi veinte años haciendo DBT, he aprendido que lo que nos sostiene y nos impulsa a avanzar no es solo la teoría ni las técnicas: es la comunidad. Son mis amigos DBT, mi equipo, los terapeutas que caminan junto a mí. Es esa red de apoyo la que nos permite seguir aprendiendo, atrevernos a implementar tratamientos basados en la evidencia y a superar los temores personales que a veces nos frenan. Somos una comunidad que se empuja mutuamente hacia la valentía clínica, porque sabemos que nuestros pacientes merecen lo mejor que podamos ofrecer.

Cuando conocí el modelo de Melanie Harned en 2021 y comencé a aplicar DBT-PE en 2022, fui testigo de una recuperación que me llenó de esperanza. Ver a mis consultantes avanzar en su sanación de una manera tan profunda fue transformador. Pero junto a esa esperanza, emergió otra necesidad igual de importante: necesitaba un equipo, necesitaba comunidad, necesitaba consultoría y supervisión. No podía hacerlo sola.

Así fue como empezó este camino. Primero busqué a Paolo Pérez Luna, quien ya trabajaba con DBT-PE. Luego conocí a Nathalia Vargas, que no solo compartió conmigo su experiencia clínica, sino que me enseñó a desafiar mis propios temores. Con ellos nació la convicción de que debíamos construir comunidad para todos los terapeutas que, como nosotros, se estaban atreviendo a implementar DBT-PE. Y también nació el deseo de acercar este modelo a la investigación y a la formación académica universitaria, más allá del negocio de los entrenamientos.

Mis compañeros de DBT Chile han sido fundamentales en este recorrido. Con ellos formamos la unidad de DBT-PE y, paso a paso, hemos tejido un espacio de apoyo, aprendizaje y amistad. Cada equipo que me ha invitado a presentar el modelo, cada charla breve, cada supervisión compartida, ha fortalecido este sueño. Somos quienes nos damos fuerza unos a otros, porque el sufrimiento que vemos en nuestros pacientes es tan grande, que necesitamos sentirnos acompañados para seguir ofreciendo tratamientos basados en la evidencia con adherencia, compasión y humanidad.

En este camino he tenido también la oportunidad de conocer y conversar con Melanie Harned, la creadora del modelo. Su generosidad y su apoyo han sido un regalo inmenso. Saber que ella también cree en la importancia de construir comunidad en torno a DBT-PE ha sido un impulso para continuar. Y, como muestran los estudios, una de las principales interferencias para implementar DBT-PE no está en los pacientes, sino en nuestros propios miedos como terapeutas. Espero que esta sociedad sea un espacio para resolverlos, juntos.

La Sociedad Latinoamericana de DBT-PE surge de ese deseo profundo: que cada vez seamos más los que nos atrevemos. Que ningún terapeuta tenga que caminar solo. Que ningún paciente quede fuera de la posibilidad de sanar. Y que la comunidad sea siempre el puente que une nuestra convicción profesional con nuestro compromiso humano de aliviar el sufrimiento.